martes, 1 de noviembre de 2011

La familia...tu vida

Me paro a pensar en el título de este ensayo: “La familia como pieza clave”, y me han venido a la cabeza cada uno de los miembros de mi familia. Nunca se me habría ocurrido definirla así, pero me gusta, y veo que es acertada, porque para mí, sí que es una pieza clave, pues gracias a mis padres y hermanos he sido una persona feliz todos estos años y ellos han hecho posible que yo sea quien soy y como soy.


Cuando oímos la palabra familia, seguro que cada uno siente algo diferente, pues la familia es de cada uno y cada persona se identifica con la suya. Yo he nacido en una familia de ocho miembros y en ella he podido ver entrega, generosidad, alegría y unidad y quizá sean estas cuatro palabras las que yo utilizaría para definir a mi familia. Entrega, porque mis padres han tenido que rechazar a muchas cosas por nuestro bien o, simplemente, por nuestra educación. Generosidad, por todas aquellas cosas buenas que nos han dado e incluso porque nos han enseñado a vivir esta virtud. Alegría, porque cuando uno piensa en el otro, siempre se siente mejor y eso, en las familias grandes hay que hacerlo mucho, porque si cada uno va a su “rollo”, no hay nada que hacer. Y unidad, porque en una familia todos van “a una”, tanto cuando hay una alegría, como cuando se está atravesando un problema familiar o una tristeza que incumbe a uno o a todos.

En nuestra familia es donde nos enseñan a querer a las personas como son, a dar de nuestro tiempo a los demás, a respetar el punto de vista del otro, a no reírse de los defectos del prójimo, a aceptarnos tal y como somos y además, es ese lugar donde es fácil volver a empezar ante una caída, porque a cada uno se le quiere por lo que es, no por lo que tiene o hace bien. También, cuando tenemos algún problema serio de verdad a quien acudimos de primeras es a nuestra familia, pero… ¿Por qué? Porque ellos son los que mejor nos conocen y quienes pueden tener soluciones para nuestros problemas y saben cómo podemos afrontar o saltar una barrera por muy alta que sea, sabiendo que ellos serán los primeros que nos ayudarán a saltarla, siempre que puedan.

A veces podemos ir por la calle y escuchar que la gente dice frases como estas: “la sociedad de hoy en día está muy mal”, “los jóvenes son unos mal educados”, etc., pero si nos paramos a pensar en el por qué de estos enunciados tan en boca de todos y buscamos la raíz del problema, es fácil llegar a la conclusión de que es en la familia donde se cuaja la vida de cada persona. Por lo tanto, en función de cómo hayan transcurrido los años previos, esos niños (que son los jóvenes y adultos de hoy en día), quizá aprendieron unas cuantas cosas, pero a lo mejor otras se quedaron por el camino. Por eso los padres, primeros educadores de los niños, tienen que esmerarse en el campo de la educación de sus hijos, ya que de ellos depende el futuro de la sociedad, pues son los que están educando o formando a los miembros que la formarán o incluso que la gobernarán.

Finalmente, qué importante es que la familia esté bien “apiñada” entre sus miembros, porque no son pocas las veces que hemos visto ejemplos de familias que se rompen quedando heridas sus vidas hasta el final. Es por eso por lo que la familia es algo muy preciado y que hay que cuidar, ya que, en función de cómo esté el motor, nuestra vida irá hacia adelante o hacia atrás. Por lo tanto, dedica algo de tu tiempo a los tuyos, sonríe aunque el día haya sido malo, quiere a todos por igual y da gracias por esas personas que siempre están y estarán junto a ti por muy lejos que estés.

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